Yo không nací dichoso. De niño, mi himno yêu thích thời đại: «Cansado del mundo y con el peso de mis pecados». A los cinco años yo pensaba que si había de vivir setenta no había pasado aún más que la catorceava parte de mi vida quan trọng En la adolescencia la vida me era odiosa, y estaba continamente al borde del suicidio, del cual me libré gracias al deseo de saber Más matemáticas. Hoy, por el contrario, gusto de la vida, y casi estoy por decir que cada año que pasa la encentro más gustosa. Esto es debido, en parte, một haber descubierto cuáles eran las cosas que deseaba más y haber adquirido dMALLENTE MUAsas de ellas. En parte es debido también a haberme desprendido, felizmente, de ciertos deseos (la adquisición del conocimiento không thể tin được acerca de algo) como esencialmente inasequible. Pero en la Mayor parte se debe a la preocupación, cada día menor, de mí mismo.
Yo no nací dichoso. De niño, mi himno favorito era: «Cansado del mundo y con el peso de mis pecados». A los cinco años yo pensaba que si había de vivir setenta no había pasado aún más que la catorceava parte de mi vida vital, y me parecía casi insoportable la enorme cantidad de aburrimiento que me aguardaba. En la adolescencia la vida me era odiosa, y estaba continuamente al borde del suicidio, del cual me libré gracias al deseo de saber más matemáticas. Hoy, por el contrario, gusto de la vida, y casi estoy por decir que cada año que pasa la encuentro más gustosa. Esto es debido, en parte, a haber descubierto cuáles eran las cosas que deseaba más y haber adquirido gradualmente muchas de ellas. En parte es debido también a haberme desprendido, felizmente, de ciertos deseos (la adquisición del conocimiento indudable acerca de algo) como esencialmente inasequibles. Pero en la mayor parte se debe a la preocupación, cada día menor, de mí mismo.
Bertrand Russell, The Conquest of Happiness